
El diccionario Estraviz define Sorregueira como un “pequeño callejón divisorio entre casas habilitado para el desagüe en ausencia de cañerías”. En la Galicia de las aldeas concentradas en donde nací, las sorregueiras cumplían una función comunitaria, facilitaban el drenaje de las aguas e incluso servían, para quien por ellas cupiese, de espacio para jugar. A Sorregueira es un canal, una poderosa metáfora de comunicación, de vasos comunicantes entre espacios, en mi caso, entre lo lingüístico y otras áreas de la Cultura, y más en concreto, de la Historia y la Antropología. A Sorregueira vierte hacia dos mares, el de la Cultura y el de la Traducción, en una suerte de juego de palabras con lo Cultural y lo Tradicional.